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Parece que en las últimas entradas del blog estamos un poco centrados en el tema de los ninjas, la verdad es que no está hecho a intención, pero es que este último fin de semana a raíz de jugar al Pocky & Rocky de SNES, he estado recordando el que fue mi segundo juego propio para consola, el primer cartucho que entró en mi querida Master System 2, ya que el juego que traía originalmente era el famoso Alex Kidd in Miracle World en memoria. The Ninja es uno de esos juegos con una caratula cutre que tenían un precio muy accesible para los por entonces en su mayoría niños que poseían la consola, 1990 pesetas era el precio recomendado para una serie de títulos bastante antiguos que habían salido originalmente en la Mark III o en formato tarjeta en Japón, las caratulas de todos ellos tiraban un poco para atrás pero el precio y sobre todo el contenido de algunos de ellos podían darte bastantes horas de diversión.
The Ninja tiene su origen en un juego arcade de Sega lanzado bajo la placa recreativa System 1 en 1985, llamado Ninja Princess en Japón y Sega Ninja en el resto del mundo. Un “run and gun” de la época bastante colorido e infantil que nos ponía en el papel de una princesa experta en artes marciales que se enfrentaba a todo un ejército que había usurpado sus tierras. Un juego que en su época no destacó sobremanera pese a ser un título muy correcto y con un apartado grafico colorido, eclipsado por otros grandes de la época como Commando.
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Unas cuantas conversiones del juego fueron apareciendo para algunos sistemas de la época en Japón como MSX y Sega SG1000, todas muy por debajo del original, más tarde apareció en un recopilatorio de clásicos en la línea Sega Ages para Sega Saturn, y Sega publicó también una versión para teléfono móvil. Pero bastante antes de estos lanzamientos más recientes, Sega dio un cambio drástico al juego en 1986 para lanzarlo en su por entonces flamante Mark III o Master System como fue conocida en occidente.
A Master System llegó una versión con profundos cambios en su apariencia artística (y con un nivel técnico algo recortado), dotando al juego de una imagen más adulta que el original, también se cambió el protagonista femenino por otro masculino, así en esta conversión encarnamos a Kazamaru un guerrero con los suficientes c$%*#€s como para enfrentarse a un ejército repleto de ninjas que obedecen las órdenes del malvado Gyokuro que en el año 1630 tiene aterrorizada la provincia de Ohkami y encarcelada a la princesa, legítima gobernadora de las tierras.
El desarrollo del juego mantiene prácticamente la esencia del arcade, alternando fases de desplazamiento vertical con otras de horizontal y también algunas en las que el desplazamiento es forzado lo que nos obliga a caminar en todo momento. Todo ello al igual que en otros clásicos del género de esa época, desde una perspectiva cenital que nos permite seguir la acción perfectamente.
Como cabría esperar, el manejo de nuestro personaje es sencillo ya que solo dispone de dos tipos de disparo, uno frontal con el botón 1 que lanzara el proyectil en la dirección en la que miramos, y otro que será el ataque que más usaremos, y que es el que realiza el botón 2, un ataque siempre vertical hacia arriba independientemente de la dirección a la cual estamos mirando, lo cual resultará de gran utilidad para desplazarnos horizontalmente disparando hacia arriba y cuando escapamos de los enemigos que aparecen por la parte superior de la pantalla cosa que sucede la mayor parte del tiempo en las fases de desplazamiento vertical.
Presionar los dos botones de acción a la vez resultará en que nuestro protagonista se vuelve invisible durante un cortísimo periodo de tiempo en el que será invulnerable, es un abrir y cerrar de ojos pero nos salvara el trasero en más de una ocasión en las que el proyectil enemigo es difícil de evitar moviéndonos.
Estamos ante un juego arcade y por lo tanto sin ningún tipo de planteamiento enrevesado, solo se trata de moverse y disparar a nuestros enemigos. Aun así, el juego guarda más estrategia de la que a primera vista podemos observar.
En el botón 2, el de disparo vertical esta una de las claves, y es que usar este botón para eliminar a nuestros enemigos mientras retrocedemos será algo muy a tener en cuenta si pretendemos llegar lejos en la partida. Y es que escapar no es que sea muy valiente para un guerrero, pero aquí entra en juego algo muy importante como es la puntería, me explico…
Al final de cada fase se nos bonificará con puntos según el porcentaje de acierto de los proyectiles lanzados en un tanto por ciento, cuanto mayor sea este, más puntuación y como las vidas no podemos recogerlas a lo largo del juego en forma de “ítems”, la única forma de aumentar nuestro marcador de vidas es mediante esa puntuación, así obtener porcentajes de acierto altos es fundamental para ir con un buen colchón de vidas en los últimos niveles. Por lo que retroceder será una buena táctica para poner tierra de por medio con los enemigos y esperar a que estos se alienen en su afán por alcanzarnos, esto cobra especial importancia si tenemos en cuenta uno de los potenciadores de disparo que comentaremos a continuación, la estrella ninja.
En el juego hay tres pergaminos de colores que resultan fundamentales para el desarrollo del juego, uno de ellos es el pergamino de color rojo que nos dotara de una mejora de disparo y así en lugar de disparar cuchillos podremos lanzar unas poderosas estrellas ninja que no se detendrán en su trayectoria con el primer impacto si no que continuara su camino golpeando a todo el enemigo que tenga la mala suerte de encontrarse en su trayectoria. Así este potenciador combinado con la técnica de retroceder y el disparo vertical del botón 2 puede eliminar varios enemigos a la vez con un solo disparo, lo que aumentará nuestras opciones de obtener al final del nivel de un porcentaje de acierto bastante alto e incluso de obtener el 100% lo que nos dará 50000 jugosos puntos, y teniendo en cuenta que obtenemos vidas cada cierta cantidad de puntos es algo a tener totalmente en cuenta a la hora de plantear nuestro estilo de juego.
Los otros dos pergaminos que podemos obtener es el azul el cual nos dotará de más velocidad y nos facilitara la estrategia de repliegue, y el otro son los pergaminos verdes, fundamentales para terminar el juego y escondidos en diversos lugares, son cinco y obtenerlos será labor de investigación pasando sobre determinadas zonas o golpeando ciertos elementos de los escenarios y son obligatorios para terminar el juego ya que si no, llegados al punto final se nos dará vuelta a la última fase en la que se encuentre alguno que no hayamos obtenido.
The Ninja se compone de 13 niveles en su versión europea, que se nos presentarán al comienzo de cada fase en un mapa, estos son bastante diferenciados entre sí, mostrándonos el recorrido de nuestro protagonista desde las afueras del poblado hasta el mismísimo castillo del villano. Comentar que la versión japonesa presenta algunas diferencias respecto a la occidental en cuanto al orden de los escenarios además de incluir algunos escenarios que si aparecían en el original y fueron eliminados en la versión occidental del título, por lo que digamos que es la versión completa del juego, y como la barrera del idioma en este caso no será un gran problema, es la versión más recomendable a la hora de jugar a este título.
Así recorremos praderas, acantilados, ríos, pueblos, y todo tipo de escenarios ambientados en el Japón feudal, con un apartado gráfico de las primeras hornadas de títulos para la consola y bastante decente para 1986, aunque algunos escenarios pecan de un diseño un tanto sencillo, pero la variedad de los mismos y de acciones que tenemos que realizar en ellos lo compensa, tan pronto nos encontraremos recorriendo verdes praderas como esquivando enormes rocas que caen por la ladera de una montaña, moviéndonos de tronco en tronco en un rio como luchando en poblados o escalando los escarpados muros del castillo enemigo.
Los enemigos que nos encontramos no son muchos aunque en los diferentes escenarios siempre se nos presenta algún tipo nuevo, tenemos el clásico ninja que tiene diversas habilidades, algunos son soldados rasos, pero otros son capaces de transformarse en rocas, o aparecer del suelo repentinamente, otros incluso empezaran a girar como locos a nuestro alrededor disparándonos en el momento más inesperado, tenemos también una especie de samuráis que nos atacaran con espadas y son de diferentes estéticas, y otros que estarán escondidos en las sombras esperando acechantes para clavarnos su espada cuando pasamos a su lado sin esperárnoslo y otros que son capaces de quemarnos con fuego que echan por sus bocas al más puro estilo faquir. Además algunos tienen la habilidad de convertirse en lobos que nos atacaran en las verdes praderas, se supone que son ninjas convertidos en lobos ya que lo dice el manual y al matar a estos animales sale una silueta humana, pero vamos prácticamente podrían haber dejado en que son lobos y punto, porque en ningún momento vemos esa transformación, lobos que por cierto cuando yo era pequeño si no fuera por el manual, habría pensado que eran osos, hay otros obstáculos como rocas o caballos desbocados que son indestructibles y deberemos de dar buen uso a nuestra posibilidad de hacernos invisibles para evitarlos.
En el apartado sonoro no hay nada destacable, efectos de sonidos simples pero efectivos, unidos a unas melodías escasas y que se repiten en la mayor parte de los niveles pero de una factura bastante aceptable e incluso pegadiza.
El nivel de dificultad es bastante alto, a mí en su época siendo un niño me resultaba extremadamente difícil avanzar en las primeras partidas, luego con el tiempo conseguí llegar a los niveles más avanzados, pero no fue hasta bastante años después cuando conseguí terminar el juego, la detección de colisiones no está del todo bien implementada y en ocasiones cuando piensas que puedes esquivar un proyectil enemigo solamente corriendo la perspectiva te juega una mala pasada y caes sin vida al suelo, con la practica este pequeño detalle se solventa fácil con la opción de desaparecer o gracias a que podemos contrarrestar los proyectiles enemigos con uno de los nuestros, la obtención de los pergaminos que nos dan la posibilidad de terminar el juego no tiene mucha más lógica que situarnos en un lugar o lanzar un proyectil a una parte del escenario, lo cual no es muy intuitivo, aunque una vez sabes donde aparecen es pan comido ya que siempre aparecen en el mismo lugar.
The Ninja es un juego correcto, no llega a la altura de los grandes del género en su época y mucho menos a los grandes del género de la historia, pero es un juego bastante decente en todos sus apartados, un juego ameno de jugar, que engancha por su desafiante dificultad y la rapidez con la que se superan sus diversas fases, no es muy largo pero te costará llegar al final. Además su sistema de recompensa dependiendo de nuestra puntería te picara a pasar las fases con el 100% de acierto.
En su época no lo consideraba tan bien por su dificultad y tal vez eclipsado por otros títulos que llegaron a mi consola poco después como Alex Kidd in Shinobi World y el mismísimo Sonic, pero años después y jugándolo con más edad descubrí el juego de otra manera y me enganchó durante bastantes partidas, con motivo de este análisis lo probé en unas cuantas partidas y me enganchó lo suficiente como para decir que por 1990 pesetas en su época, The Ninja era un juego recomendable.
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